INDEPENDENCIA DE LOS ESTADOS UNIDOS
La Independencia de los Estados Unidos es uno de los hechos más importantes ocurridos en el siglo XVIII, siendo la Declaración de Independencia leída en Filadelfia (1776), uno de los textos más innovadores y trascendentes de la historia contemporánea.
Inglaterra controlaba 13 colonias en América del Norte, donde habían emigrado los católicos y protestantes disidentes, durante las guerras religiosas.
En 1765, el gobierno inglés de Jorge III aumento abusivamente los impuestos en las colonias provocando desórdenes en muchas colonias. El parlamento de Londres prosiguió con su rígida política y en 1767 volvió a votar nuevos impuestos.
La indignación cundió en las colonias y los patriotas comenzaron a gestar la revolución y, tras proclamar la Declaración de Derechos (1774), se declararon independientes (1776).
El 3 de septiembre de 1783 se firmó en Versalles el tratado de paz, donde Inglaterra reconocía la independencia y soberanía de las colonias americanas.
La Guerra de Independencia de los Estados Unidos fue un conflicto que enfrentó a las trece colonias británicas originales en América del Norte contra el Reino de Gran Bretaña. Ocurrió entre 1775 y 1783, finalizando con la derrota británica en la batalla de Yorktown y la firma del Tratado de París.
Durante la guerra, Francia ayudó a los revolucionarios estadounidenses con tropas terrestres comandadas por Rochambeau y por el Marqués de La Fayette y por flotas bajo el comando de marinos como Guichen, de Grasse y d'Estaing. España, por su parte, lo hizo inicialmente gracias a Bernardo de Gálvez y de forma abierta a partir de la batalla de Saratoga, mediante armas, suministros y abriendo un frente en el flanco sur.
Las colonias británicas que se independizaron de Gran Bretaña edificaron el primer sistema político liberal y democrático, alumbrando una nueva nación, los Estados Unidos de América, incorporando las nuevas ideas revolucionarias que propugnaban la igualdad y la libertad. Esta sociedad colonial se formó a partir de oleadas de colonos inmigrados y no existían en ella los rasgos característicos del rígido sistema estamental europeo.
En las colonias del sur (Virginia, Carolina del Norte, Carolina del Sur y Georgia) se había organizado un sistema esclavista (con unos 500.000 esclavos negros) que explotaban plantaciones de tabaco, algodón y azúcar. De este modo, la población estaba compuesta por grandes y pequeños propietarios y esclavos.
Los antecedentes a la Guerra de la Independencia de los Estados Unidos se remontan a la confrontación franco-británica en Norteamérica y a las consecuencias de la Guerra de los Siete Años.
La Guerra de los siete años terminó en 1763. El 10 de febrero, el Tratado de París ponía fin al imperio colonial francés en América del Norte y consolidaba a Inglaterra como la potencia hegemónica. En oposición sólo tenía a España, que controlaba Nueva Orleans, la ciudad más importante, con unos 10 000 habitantes. Respecto a Francia, la pérdida territorial no fue sentida como algo catastrófico. Se conservaban los derechos pesqueros en Terranova y la población católica francófona recibiría un trato de respeto. Por otro lado, en el Caribe las pérdidas pueden ser compensadas, pues la colonia principal francesa del Caribe, Saint-Domingue (la Española) con capital en Puerto Príncipe, produce la mitad del azúcar consumido en todo el mundo, y su comercio con África y las Antillas está en pleno apogeo.
La Declaración de Independencia de los Estados Unidos, leída solemnemente en Filadelfia, constituye todavía hoy uno de los textos más innovadores y trascendentes de la historia contemporánea. En él quedaron proclamados dos principios básicos que recogieron posteriormente los grandes textos sobre derechos fundamentales: «libertad e igualdad».
De acuerdo con ella, los nuevos estados formaron una república, regida por un presidente y una asamblea o congreso, elegidos ambos por todos los habitantes mayores de edad. Se había instituido, pues, un régimen democrático, fijándose los derechos y deberes de gobernantes y gobernados en una ley fundamental o Constitución.
El destino de la nueva nación se libró en una guerra con Gran Bretaña que fue difícil para los estadounidenses durante los tres primeros años. Después, con la ayuda de franceses y españoles y conducidos por George Washington, lograron derrotar a su antigua metrópoli en Saratoga (1777) y Yorktown (1781). Dos años después se firmaba el Tratado de París por el que Gran Bretaña reconocía la independencia de los Estados Unidos.
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